miércoles, 12 de noviembre de 2014

Juan Terranova











-La última mentira que dijiste.

-Hace poco dije que no había leído un libro de un autor joven para no tener que responder
que me había parecido muy aburrido.

-¿Cómo llegás al momento de sentarte a escribir? ¿Algún ritual u obsesión?

-Todos nos masturbamos frente a nuestras pantallas. Aparte yo escucho composiciones para piano. Scriabin, Schubert, Schönberg, Mozart, incluso Haydn.

-¿Golpes de inspiración o trabajo constante?

-Ambos.

-¿Durante ese proceso, imaginás un lector? ¿Es alguien definido?

-Escribo a conciencia primero para la redacción de la RevistaPaco.com y luego para sus
lectores.

-¿Qué otras actividades te inspiran?

-Mi inspira siempre lo que ponen Cristino Bogado e Ignacio Irulegui en Facebook. La Unesco debería financiar esas cuentas.

-¿Sentís que tu escritura evoluciona o se modifica con el tiempo?

-Sí, creo que voy escribiendo mejor y al mismo tiempo voy perdiendo intensidad y fuerza. El odio y el amor son constantes.





-¿Tenés alguna idea postergada por sentir que te faltan herramientas?

-No necesito sentir que me faltan herramientas para postergar. Es algo que me sale naturalmente. Después esta ese dicho de Bresson: de más recursos dispongo, menos hago rendir los que tengo.

-¿Cómo es tu experiencia con los editores y el proceso de publicación?

-Si un editor no sabe leer es un imprentero. Hoy abundan. Pero incluso los imprenteros pueden hacer buenos libros. Aunque, puta madre, es tan, tan aburrido hablar con ellos en una presentación o alguno de los otros eventos del mundo literario.

-¿Qué es un buen editor?

-Fernando Barrientos de El Cuervo, Bolivia, es un buen editor porque es un lector que sabe hacer libros.

-¿Cómo se escribe hoy? ¿Las redes sociales modificaron la manera en que se piensa?

-Las redes sociales modificaron la forma en la que se ama, se desea, se fornica, ¿cómo no van a modificar la forma en que se piensa, ese detalle, ese residuo mental?

-¿Con qué criterios define la crítica cuáles autores son importantes?

-La crítica como institución no existe hoy. Los autores importantes tampoco. Y en todo caso los define el dinero, la plutocracia, ese ano contra natura llamado periodismo cultural, no la crítica.

-El último libro que te haya sorprendido.

-Critica della Vittima de Daniele Giglioli. No hay traducción al español, pero habría que traducirlo ya.

-Un contemporáneo al que admires, en secreto.

-La admiración me resulta incómoda. Preferiría no admirar a nadie. Y sin embargo lo hago. Admiro mucho a Pablo Gianera. Te admiro, Pablo. Ya no es secreto.

 -¿Cómo es tu relación con el dinero?

-Complicada. ¿La de quién no?

-¿Y con el tiempo? ¿Cuánto se resigna para escribir, digamos, “profesionalmente”?

-El tiempo para escribir lo encuentra cualquier analfabeto funcional. Sobran ejemplos. Lo que hay que defender es el tiempo de lectura que es, a mí criterio, mucho más vulnerable.

-¿Imaginás cómo te perciben tus pares? ¿Y el que te lee? ¿Es lo mismo?

-Si Nicolás Mavrakis me dice que acerté en algo, me pongo contento.

-Tu top five. Vale todo.

-Argentina, Italia, Rumania, Rusia, Bolivia.

-¿Qué te angustia?

-El aburrimiento, la miseria conceptual, que se me corte Internet.

-El mejor consejo que te dieron.

-“Los errores existen. Hay que asumirlos y seguir.” Me lo dio mi viejo. Que Dios lo bendiga/////.


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JUAN TERRANOVA


Nació a fines de 1975 en Buenos Aires. Es crítico de libros, ensayista y narrador. Su próximo libro se titula Sexo, nazismo y astrología y va a salir en breve por la editorial Punto de encuentro, dentro de la Colección Federal de Literatura Contemporánea.











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