viernes, 2 de enero de 2015

Ever Román




-La última mentira que dijiste

-¿Esta entrevista?

-¿Cómo llegás al momento de sentarte a escribir? ¿Algún ritual u obsesión?

-Con cada libro nace un ritual distinto. El último texto que escribí, una novela, lo hice entre las 3 y 5 am hábiles, durante un mes y medio más o menos. Había silencio, escribía en bata y calzoncillos, medio dormido, fumando como un tren. No tenía otro tiempo para hacerlo. Pensaba todo el día en el texto y lo escribía a esas horas. El anterior, también una novela, lo escribí por las tardes, apenas llegaba a casa, sentado en la terraza del edificio donde vivía, tomando tragos (preparados con vodka, frutas, grappa, era verano). No más de una hora por día. No sé cuál será el ritual del próximo texto.

-¿Golpes de inspiración o trabajo constante?

-Golpes de inspiración, aunque buscados constantemente.

-¿Durante ese proceso, imaginás un lector? ¿Es alguien definido?

-Normalmente escribo para alguien en particular, que sé que me leerá porque le pasaré el texto, y le será obligatorio leerlo. Ese es mi lector.

-¿Qué otras actividades te inspiran?

-El sexo, el odio, la frustración, la rabia, y a veces también el amor.

-¿Sentís que tu escritura evoluciona o se modifica con el tiempo?

-Creo que más bien muta, se expande y recorre el territorio que me ha sido dado, pero no creo que evolucione, pues a veces retomo formas que ya había explorado. No sé cómo responder esto. Evolución suena a cierto sentido direccional, maduración, cambio para mejor, etc. Creo que mi escritura no va para ningún otro lado que para el papel. Me parece más bien una constante repetición con leves variaciones.

-¿Tenés alguna idea postergada por sentir que te faltan herramientas?

-Sí. Varias. No sé siquiera cómo empezar a contarlas. No son ideas claras, estructuras o argumentos; sino más bien del orden de las sensaciones físicas o emocionales, o de ese tipo de sueños de los que no conseguimos recordar más que dos o tres imágenes vagas y que parecen guardar un secreto, un mensaje, algo.

-¿Cómo es tu experiencia con los editores y el proceso de publicación?:
-Con las publicaciones, me publicaron y ya está. Utilizo de editores a mis amigos, que son bastante exigentes y pocas veces comprendo qué quieren, pero a menudo me hacen pensar mucho y en ocasiones reescribirlo todo. Creo que mi relación con estos editores es bastante misteriosa, parecida a mi relación con la literatura. No los escucho con el raciocinio, sino con lo que suele decirse el corazón.

-¿Qué es un buen editor?

-Alguien que por lo menos invite una cerveza además de leer y comentar textos.

-¿Cómo se escribe hoy? ¿Las redes sociales modificaron la manera en que se piensa?

-Creo que internet simplificó mucho la manera de pensar de los escritores. Le sacó misterio a la literatura y puso sobre otros planos la mediatización, la estética selfie. En cierta manera, las redes sociales contribuyeron a que el proyecto del capitalismo, hacer de cada uno mercancía, un perfil, ocupe esos espacios que aún no le pertenecían del todo. La literatura es pensada ahora como algo que se prepara para la vidriera, y no hay mucho más. Por suerte no ocurre con todos los escritores, aunque sí es algo bastante sintomático de esta época.

-¿Con qué criterios define la crítica cuáles autores son importantes?

-Hay varios, el que más impera es la mediatización: autores conocidos aunque no vendan mucho. Es un criterio de siempre, dicho sea paso. También está la escuela normalizadora del sistema universitario, que se mueve por ciertas formas dependiendo de cada época, para crear un campo de estudio, y erige uno que otro autor como importante y luego se olvida de él. Igualmente lo que más se asocia a importante es lo mediático.

-El último libro que te haya sorprendido

-“El percherón mortal”, de John Franklin Bardin.

-Un contemporáneo al que admires profundamente, en secreto

-No sé si es decente que un escritor vaya por ahí admirando a sus pares.

-Tu top five. Vale todo

-Los poemas de César Vallejo, Jakob Von Gunten, todo Kafka, los poemas de Anise Koltz, todas las páginas de Pessoa.

-¿Cómo es tu relación con el dinero?

-Es platónica, yo lo amo pero no soy correspondido.

-¿Y con el tiempo? ¿Cuánto se resigna para escribir, digamos, “profesionalmente”?

-Escribo por vocación, por amor, no por profesión. De profesión, soy mercenario, pero nunca escritor. Por lo mismo, mi tiempo de escritura es aleatorio.

-¿Imaginás cómo te perciben tus pares? ¿Y el que te lee? ¿Es lo mismo?

-No me lo imagino en absoluto y cada vez que puedo pregunto.

-¿Qué te angustia?

-¿Las entrevistas?

-El mejor consejo que te dieron

-Hacer principalmente aquello que uno ama hacer/////.



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EVER ROMÁN

Nació en 1981. Publicó “Osobuco” (cuentos, Ed. Pánico el pánico) y relatos en antologías de Argentina, Paraguay, Alemania, Italia y España. Dirige el programa Radio Pirata Transmite, los sábados de 21 a 00hs. en www.radiodesalon.com y organiza el ciclo de lectura Literapunk. Dicta talleres literarios en psiquiátricos y en su casa.


Blog: barcoborracho1871.blogspot.com




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