viernes, 18 de marzo de 2016

Martín Felipe Castagnet










-La última mentira que dijiste.

-Una usual: fingir que había leído un libro cuando no. Una profesora muy querida me dijo una vez: “los de Letras siempre están releyendo”. Un par de frases que nos hacen falta: “No lo leí” y “No lo conozco”. No hay vergüenza en eso.

-¿Cómo llegás al momento de sentarte a escribir? ¿Algún ritual u obsesión?

-Los rituales, como chequear el mail, en realidad son formas de no sentarse a escribir; cuando realmente me siento a escribir me olvido de los rituales.

-¿Golpes de inspiración o trabajo constante?

-Los golpes de inspiración sirven más para destruir que para construir. Destruir lo previo, lo innecesario, lo que nos bloquea; después viene lo más difícil: el trabajo constante.

-¿Durante ese proceso, imaginás un lector? ¿Es alguien definido?

-Tengo tres o cuatro lectores ideales, entre los cuales me encuentro: escribo los libros que me gustaría leer. Pero más útil me resulta imaginar un antilector: el lector que va a odiar mi libro. Quiero que lo odie por las razones correctas.

-¿Qué otras actividades te inspiran?

-Las mejores ideas las tengo mientras viajo de Buenos Aires a La Plata; cuando hago zazen; cuando me estoy por quedar dormido. Me inspiran los pretenciosos como yo que apuntan más alto de lo que pueden.

-¿Sentís que tu escritura evoluciona o se modifica con el tiempo?

-Sentí que en un momento mi escritura se solidificó y pasó a ser la mezcla justa entre amateur y profesional que estaba buscando. Soy muy joven como para haber experimentado otro cambio, pero estoy seguro que sucederá si continúo escribiendo.

-¿Tenés alguna idea postergada por sentir que te faltan herramientas?

-Sí, varias novelas que necesitan investigación, especialmente sobre la India y África.

-¿Cómo es tu experiencia con los editores y el proceso de publicación?

-Los editores suelen tener razón, salvo cuando se equivocan de forma estrepitosa.

-¿Qué es un buen editor?

-Un buen editor es el que te paga con dinero y con lectores.

-¿Cómo se escribe hoy? ¿Las redes sociales modificaron la manera en que se piensa?

-Se escribe más fragmentado, con respiraciones más cortas; me gusta pensar en la respiración como una medida de longitud. Pero esto no es un invento de las redes sociales: ya lo decía Calvino en las Seis propuestas para el próximo milenio. Las redes sociales sólo adaptaron sus cajas de texto a lo que ya estaba ocurriendo.

-¿Con qué criterios define la crítica cuáles autores son importantes?

-Recurrencia temática, solidez de la voz narrativa, amistad, premios. Pero no las ventas, quizás para no señalar que en nuestro país se vende poco y nada.

-El último libro que te haya sorprendido.
-Sin armas ni rencores, el libro de Rodolfo Palacios que relata el robo al Banco Río. Una novela es poca cosa frente a la inventiva y la intrepidez que cuenta ese libro.

-Un contemporáneo al que admires profundamente, en secreto.

-A Eric Schierloh, autor, traductor y editor de Barba de Abejas. Te admiro, Eric. Pero no es secreto.

-Tu top five. Vale todo.

-La cama tibia un día frío. El té negro, la cerveza negra, la hora negra en que todos duermen. Llegar al final de un libro que vas a extrañar en cuanto se termine.

-¿Cómo es tu relación con el dinero?

-Pródiga.

-¿Y con el tiempo? ¿Cuánto se resigna para escribir, digamos, “profesionalmente”?

-Nada se resigna; el tiempo pasa. Prefiero utilizarlo en algo que no me aburra y cuya concreción, luego de mucho trabajo, me llene de felicidad.

-¿Imaginás cómo te perciben tus pares? ¿Y el que te lee? ¿Es lo mismo?

-Lo ignoro. Cualquiera sea mi respuesta va a estar lejos de la realidad.

-¿Qué te angustia?

-Me angustia no estar a la altura de mis proyectos; en realidad, me angustia irme a dormir sabiendo que no hice lo necesario para estar a esa altura. Pero soy una persona sana y hago todo lo posible para irme a dormir tranquilo.

-El mejor consejo que te dieron.

-“Keep true to the dreams of thy youth”: sé fiel a los sueños de tu juventud. Es un verso de Schiller que Herman Melville tenía pegado en un rincón escondido de su escritorio/////.



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MARTÍN FELIPE CASTAGNET


Nació en La Plata (Argentina), en 1986. Su novela Los cuerpos del verano ganó en 2012 el Premio a la Joven Literatura Latinoamericana otorgado por la MEET de Saint-Nazaire y La Marelle de Marseille, publicada en francés y próximamente en inglés. Este año sale su segunda novela: Los mantras modernos, por editorial Páprika. Es editor asociado de la revista bilingüe Buenos Aires Review. En twitter es @mobymartin.









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