lunes, 30 de marzo de 2015

Paula Brecciaroli










-La última mentira que dijiste.

-“Nada. No me pasa nada.”

-¿Cómo llegás al momento de sentarte a escribir? ¿Algún ritual u obsesión?

-Preferiría escribir de noche, a solas y en silencio. Pero termino escribiendo en el colectivo, en el trabajo, en mi casa con el televisor encendido y sacando a los gatos de arriba del teclado.  

-¿Golpes de inspiración o trabajo constante?

-La inspiración siempre se me presenta inoportuna y pretenciosa. Por eso prefiero el trabajo. Sentarme y escribir a latigazos. 

-¿Durante ese proceso, imaginás un lector? ¿Es alguien definido?

-Cuando escribo nunca pienso en un lector. Generalmente, escribo sin pensar demasiado. En la corrección, trato de desdoblarme y ver qué pensaría si estuviera leyendo ese texto, pero escrito por otro. Hacia el final, pienso en dos o tres de mis más desalmados amigos, que son los primeros lectores de mis textos. 

-¿Qué otras actividades te inspiran?

-Viajar en colectivo, escuchar conversaciones ajenas, mirar fotos y arreglar las plantas.

-¿Sentís que tu escritura evoluciona o se modifica con el tiempo?

-Trabajar por la evolución de la escritura es una responsabilidad que me muerde los talones. Tengo eso como horizonte y trato de avanzar en ese sentido. 

-¿Tenés alguna idea postergada por sentir que te faltan herramientas?

-Acumulo ideas postergadas con las que hago experimentos. Los fracasos y las reescrituras son parte de esa búsqueda de herramientas. Esos desafíos son lo que más disfruto del proceso de escritura.

-¿Cómo es tu experiencia con los editores y el proceso de publicación?

-No tengo experiencia. Hasta ahora las ediciones vinieron de parte de amigos. La amistad no impidió que fueran serios y precisos al momento de la corrección y edición.  Les estoy completamente agradecida.

-¿Qué es un buen editor?

-El que trabaja, lee, corrige, transpira la camiseta y asume con responsabilidad su función en todo el proceso de un libro. Esta definición vale para todo.

-¿Cómo se escribe hoy? ¿Las redes sociales modificaron la manera en que se piensa?

-Siempre se escribe en contexto, como cualquier práctica. Las redes sociales están ahí y parecen empujar hacia a la inmediatez. Pero no sé si afectan directamente a la forma de escribir o pensar. Adjudicarles tal influencia llevaría a desrresponsabilizar al sujeto.

-¿Con qué criterios define la crítica cuáles autores son importantes?

-No sé cuáles son los criterios. No creo que sea una tarea fácil e intuyo, debe estar influenciada por intereses ajenos a los del crítico. También la empatía, la amistad, la envidia y los odios deben ser un abono posible. Pero estoy improvisando esta respuesta.

-El último libro que te haya sorprendido.

-Moscú 2042, de Vladímir Voinóvich. Lo estoy leyendo de prestado, y me tienta robármelo.

-Un contemporáneo al que admires profundamente, en secreto.

-Sería como esos secretos que guardan las familias, que todos sospechan. Admiro a Ariel Bermani. Por esa forma de enfrentarnos a situaciones y personajes desagradables sin terminar de asquearnos, sin dejar de ser amable. Como anverso de eso, pienso en Osvaldo Bossi. Podría decir que no entendía el amor antes de atravesar sus textos.

-Tu top five. Vale todo.

-(Pondré sólo escritores con los que no tuve oportunidad de compartir una cerveza)
Levrero, Gandolfo, Busqued, Pinedo, Blaisten.

-¿Cómo es tu relación con el dinero?

-Es una relación tensa. Suelo repetirme que la plata y va y viene, pero en verdad, siempre espero que venga.

-¿Y con el tiempo? ¿Cuánto se resigna para escribir, digamos, “profesionalmente”?

-Trato de no resignar, de elegir lo que hago en cada momento. De alguna forma, todo encuentra su tiempo y espacio. Aceptar eso me salva y hace que no quiera matarme por trabajar ocho horas en una oficina. La escritura como profesión la desconozco y creo que para mí, funciona mejor de ese modo.

-¿Imaginás cómo te perciben tus pares? ¿Y el que te lee? ¿Es lo mismo?

-No lo imagino y prefiero ni intentarlo. Pienso la escritura como un artificio para espiar otros escenarios, otros personajes. Intento estar ausente de forma voluntaria en los textos, salvo como oficiante de engaño.

-¿Qué te angustia?

-La pregunta anterior.

-El mejor consejo que te dieron.

-"A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar".

Parece que la frase es de kafka, pero no fue él quien me la dijo/////.


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PAULA BRECCIAROLI

Nací en Buenos Aires, en abril de 1976. 
Soy más narradora que poeta. Más psicoanalista que ilustradora. Cocinera y jardinera en igualdad de condiciones.
Publiqué "Vaca Vaca", por edición de autor en 2007, con formato de libro de ilustración.  
En 2009, "Pequeño Ensayo Ilustrado" con ilustraciones de Pablo Rivas, por la editorial que inventamos y se llamó Bonny.Clide Ediciones de Mentira.  
“Brasil” (novela) salió en 2011, por Editorial Conejos y en el mismo año, “Te traje bichos para que juegues” (poesía), por Textos Intrusos. 
Participé de "9" Antología de cuentos, en 2013, editada por Textos Intrusos. 
Formo parte de la Editorial Conejos. 

Proyectos
Calculo que este año saldrá una antología en la que participo con algunos cuentos y terminaré una nueva novela.




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martes, 17 de marzo de 2015

Nicolás Mavrakis





-La última mentira que dijiste.

-"Por supuesto, ya voy".

-¿Cómo llegás al momento de sentarte a escribir? ¿Algún ritual u obsesión?

-Es una rutina de trabajo como cualquier otra: horarios fijos en lugares fijos.

-¿Golpes de inspiración o trabajo constante?

-Trabajo constante.

-¿Durante ese proceso, imaginás un lector? ¿Es alguien definido?

-Imagino a alguien con gustos y preferencias parecidas a las mías, pero que además me exige pudor y consistencia.

-¿Qué otras actividades te inspiran?

-El espectáculo femenino. Caminar. Escuchar conversaciones ajenas.

-¿Sentís que tu escritura evoluciona o se modifica con el tiempo?

-La vara de todo trabajo constante es el grado de conocimiento y dominio de las herramientas. Es inevitable que la escritura evolucione, como también evoluciona la lectura. Si no hay modificación en el tiempo, como lector, sospecho que hay una falta de trabajo.

-¿Tenés alguna idea postergada por sentir que te faltan herramientas?

-No. En tal caso, como me enseñó Juan Terranova, es preferible el camino del error que el camino de la inacción.

-¿Cómo es tu experiencia con los editores y el proceso de publicación?

-La mía es una experiencia confusa. Los procesos de publicación son por ahora un lado oscuro, donde veo buena fe, algún voluntarismo y dosis comprensibles de desidia. Pero si un libro es bueno, sobrevive.

-¿Qué es un buen editor?

-Alguien que sabe leer.

-¿Cómo se escribe hoy? ¿Las redes sociales modificaron la manera en que se piensa?

-Las redes sociales modificaron la manera en que se experimenta la relación con la escritura, por lo tanto se escribe de una manera más autoconsciente en tanto que en muchos casos la exhibición de lo que se escribe suele contar como valor estético de lo escrito. Es un problema acerca de la autonomía; un asunto permanente, en tal caso. El crítico alemán Boris Groys tiene algunos ensayos interesantes al respecto. Lo que a mí me interesa es leer a quienes escriben sobre (en el sentido de respecto a) esas modificaciones.

-¿Con qué criterios define la crítica cuáles autores son importantes?

-La crítica académica define en torno al canon. Los suplementos culturales en torno a las novedades (de las grandes y medianas editoriales). Los aciertos y desaciertos entre el valor estético y todo lo demás, que incluye la honestidad intelectual del crítico como lector y operador cultural, es uno de los asuntos más interesantes de la crítica contemporánea, en especial pensando su función después de la web.

-El último libro que te haya sorprendido.

-Volverse público, de Boris Groys. Editó Caja Negra, 2014.

-Un contemporáneo al que admires profundamente, en secreto.

-Mariano Canal. Tiene una capacidad para leer y asimilar lecturas que es superior.

-Tu top five. Vale todo.

-La literatura antes que el periodismo, la imaginación antes que "los datos", los anglosajones antes que los franceses, los argentinos antes que los anglosajones, el rock antes que cualquier otro sonido.

-¿Cómo es tu relación con el dinero?

-Sirvo para él para que después me sirva a mí. Trato de que no sea al revés.

-¿Y con el tiempo? ¿Cuánto se resigna para escribir, digamos, “profesionalmente”?

-Mi economía se basa en la administración financiera del tiempo, y se liga por eso a la pregunta anterior.

-¿Imaginás cómo te perciben tus pares? ¿Y el que te lee? ¿Es lo mismo?

-La información respecto a la experiencia de lectura y los efectos de esas lecturas, en mi caso, que es breve, tiene como conclusión que lo imprevisible es más probable que lo previsible. Fue lo que pasó con el ebook de ensayos sobre periodismo que escribí (#findelperiodismo y otras autopsias en la morgue digital) que terminó en algún caso convertido en bibliografía universitaria para periodistas.

-¿Qué te angustia?

-Fallar y no tener oportunidad para volver a fallar mejor.

-El mejor consejo que te dieron.

-Es mejor equivocarse que no hacer nada/////.


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NICOLÁS MAVRAKIS

Buenos Aires, 1982. Periodista cultural, escritor, productor de contenidos.
Como periodista cultural ha colaborado o colabora en publicaciones como Cultura (Perfil), Ñ(Clarín), ADN (La Nación) y Cultura (Tiempo Argentino) y también en revistas como Crisis. Como cronista de espectáculos e información general trabajó en la revista de variedades y política Noticias.
Es autor de cuentos para las antologías Buenos Aires Escala 1:1 (Entropía, 2007), Uno a Uno (Random House Mondadori, 2008), Vienen bajando (Ediciones CEC, 2012), Panorama Interzona (Interzona, 2012) y es autor del volumen de relatos No alimenten al troll (Tamarisco, 2012). En noviembre de 2014 se va a publicar la novela El recurso humano (Milena Caserola, 2014) 
Publicó el ebook de ensayos #Findelperiodismo y otras autopsias en la morgue digital (Ediciones CEC, 2011), sobre el que ha sido invitado a disertar en eventos como el IV Congreso Iberoamericano de Cultura (Mar del Plata, 2011) y en el Taller Anual de la Orientación en Periodismo de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (TAO, 2012). Algunos de los textos publicados en #Findelperiodismo y otras autopsias en la morgue digital integran la bibliografía de seminarios y cursos de grado en distintas universidades. Su último ebook es la compilación de ensayos y críticas sobre literatura El toro mecánico (CEC, 2013).
Es miembro del Centro de Estudios Contemporáneos, donde  dicta talleres sobre literatura y periodismo cultural y también dicta cursos de literatura en la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino. Ha participado como invitado y expositor en diversos eventos durante la Feria del Libro y el Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires.
En Infobae.com dirigió el blog sobre literatura argentina contemporánea #BorgesDelFuturo
Ha colaborado en la fundación de la emblemática Revista Paco y en Amphibia escribe sobre cibercultura.

n.mavrakis@gmail.com
@nmavrakis








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lunes, 2 de marzo de 2015

Maga Etchebarne









-La última mentira que dijiste.

-“Todo bien”.

-¿Cómo llegás al momento de sentarte a escribir? ¿Algún ritual u obsesión?

-Mi compu, word, times new roman tamaño 13.  

-¿Golpes de inspiración o trabajo constante?

-Me gustaría que se diera más de lo segundo.

-¿Durante ese proceso, imaginás un lector? ¿Es alguien definido?

-I see dead people! No, si entro en el trance de la concetración me olvido de todos.

-¿Qué otras actividades te inspiran?

-Todo me inspira: la gente, viajar, caminar, estar sola, leer. Me gusta cuando leo algo y no puedo evitar querer sentarme a copiarlo. Después nunca sale igual pero el impulso sirve. 

-¿Sentís que tu escritura evoluciona o se modifica con el tiempo?

-Cambia cada año. Cambian mis trabajos, me mudo de casas, dejo de frecuentar personas, escucho otra música, leo otras cosas, cómo no va a cambiar.

-¿Tenés alguna idea postergada por sentir que te faltan herramientas?

-Me falta disciplina. Pepe Cibrian dijo en lo de Mirta, el talento es nada, la voluntad y la disciplina hacen todo.

-¿Cómo es tu experiencia con los editores y el proceso de publicación?

-Publiqué apenas unos cuentos en antologías y revistas, pero mi editor es uno solo y es mi amigo. Aunque también nos peleamos un montón y por eso sobrevivimos.  

-¿Qué es un buen editor?

-Es el que ve el bosque y sigue confiando en vos cuando estás distraído.

-¿Cómo se escribe hoy? ¿Las redes sociales modificaron la manera en que se piensa?

-Escribir es pensar, pero publicar algo en las redes sociales no siempre es producto de haber escrito pensando mucho o demasiado bien o muy profundamente.

-¿Con qué criterios define la crítica cuáles autores son importantes?

-Esto lo responden re bien en Teoría Literaria I pero igual se arma lío. Yo cuando pienso en La Crítica me imagino todas cosas muy miserables, porque en teoría es importante pero en la práctica suele ser un vago en joggineta.

-El último libro que te haya sorprendido.

-Nervio óptico de María Gainza. No la conocía y me pareció brillante. Cuentos ordenados, lúcidos, algunos bellísimos.

-Un contemporáneo al que admires profundamente, en secreto.

-A todos a quienes admiro se los digo. Ahora admiro a María Gainza pero como no la conozco no se lo dije.   

-Tu top five. Vale todo.

-No es un gesto eh, pero no me decido qué listar.

-¿Cómo es tu relación con el dinero?

-El otro día en la calle vi volando un montón de papeles muy chiquitos, me acerqué y eran esos billetes de cotillón que ponen en las piñatas, dólares miniatura. Me pareció contundente la imagen, la plata como mariposas hermosas y como plaga.​

-¿Y con el tiempo? ¿Cuánto se resigna para escribir, digamos, “profesionalmente”?

-Si hay algo que no sé administrar es el tiempo. Pero siempre que tenés ganas de escribir encontrás el rato. Tengo amigas que mientras dan la teta escriben poemas, lo sé porque me lo cuentan y creo que si ellas lo logran los demás no podemos quejarnos.

-¿Qué te angustia?

-Muchísimas cosas, pero la angustia son ratos.

-El mejor consejo que te dieron.

-No esperar nada, nunca, de ninguna persona, de ningún Estado ni de ningún Dios/////.  




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MAGA ETCHEBARNE

Estudió Letras en la UBA. Trabaja como editora. Publicó relatos en las antologías Historias mujeres infieles, Emecé, 2008, en El amor y otros cuentos, Mondadori, 2011, en El tiempo fue hecho para ser desperdiciado, Perro Negro, Chile, 2012 y en revistas literarias.





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