-La última mentira
que dijiste.
-No sufro más por
fútbol.
-¿Cómo llegás al
momento de sentarte a escribir? ¿Algún ritual u obsesión?
-Ninguna en
particular. Llego con ganas y con café. En general por la mañana.
-¿Golpes de
inspiración o trabajo constante?
-Trabajo constante.
-¿Durante ese
proceso, imaginás un lector? ¿Es alguien definido?
-Lo imagino, sí,
pero no es alguien definido. Es más bien una tribuna difusa.
-¿Qué otras
actividades te inspiran?
-Leer. Destapar
una cerveza. Jugar al truco por guita. Ver jugar a Federer y pelear a
Mayweather. Hacer
el amor. A veces viajar.
-Sentís que tu
escritura evoluciona o se modifica con el tiempo?
-Trabajo para que
eso ocurra.
-¿Tenés alguna
idea postergada por sentir que te faltan herramientas?
-Sí. Una novela
muy larga, sarcástica, discursiva, plagada de personajes históricos. Me faltan
herramientas para investigar, constancia, pero sobre todo, lo que me falta es
terminar de creer en el proyecto.
-¿Cómo es tu
experiencia con los editores y el proceso de publicación?
-Diría que buena.
De mucha esperanza pero también de mucho esfuerzo y desgaste.
-¿Qué es un buen
editor?
-Sospecho que un
buen editor es alguien que concibe como
ningún otro el libro que está editando. Que es plenamente consciente de sus capacidades
y sus limitaciones. Y que, partiendo de eso, se pone la obra al hombro y exprime
todo lo que tiene para dar.
-¿Cómo se escribe
hoy? ¿Las redes sociales modificaron la manera en que se piensa?
-Me da la
impresión de que hoy se escribe a un ritmo vertiginoso, pero que al menos acá,
en Argentina y en líneas generales, se escribe bien. Me interesa mucho nuestra
literatura. Respecto a las redes sociales no creo que hayan modificado la
manera en que se piensa (eso rara vez cambia), pero sí en cómo se comunica lo
que se piensa. Las redes sociales dan la posibilidad a los invisibilizados de
ser parte de un colectivo que los acepta y los requiere.
-¿Con qué
criterios define la crítica cuáles autores son importantes?
-Sinceramente no
lo sé. Puede que pondere la relación entre calidad de la obra de un autor y sus
posibilidades en el mercado. Pero no lo sé.
-El último libro
que te haya sorprendido.
-El comienzo de la
primavera, de Patricio Pron.
-Un contemporáneo
al que admires profundamente, en secreto.
-Se lo dije, no es
más secreto.
-Tu top five. Vale
todo.
-Mis seres
queridos y los libros. No hay mucho más.
-¿Cómo es tu
relación con el dinero?
-Cara pero amena.
Mientras no me falte para mis 3 o 4 intereses, no habrá problemas entre
nosotros.
-¿Y con el tiempo?
¿Cuánto se resigna para escribir, digamos, “profesionalmente”?
-Cuando estoy empezando
una obra, casi nada de tiempo. Tomo apuntes esporádicos, anoto ideas sueltas, oraciones,
posibles acciones, características de los personajes, pero sí la dedicación
desde lo mental empieza a ser completa en ese período. Una vez en marcha el
proceso de escritura y fijado el horizonte, (cuando creo saber a dónde ir), escribo/corrijo
al menos un par horas cada vez que me siento.
-¿Imaginás cómo te
perciben tus pares? ¿Y el que te lee? ¿Es lo mismo?
-No imagino cómo
me perciben, pero estoy seguro que no es lo mismo lo que percibe “el que te
lee” que el par, aunque muchas veces sean el mismo. Con el par siempre existe
otra tensión y es natural que así sea. El que te lee sin ser par está despojado
de toda presión, lo que le otorga una imparcialidad que favorece la lectura y la
interpretación del libro.
-¿Qué te angustia?
-La muerte. La
enfermedad. Que pierda Independiente.
-El mejor consejo
que te dieron.
-Difícil, (fueron
varios) pero tiro uno: “No temas a nada. Todo lo que queremos está más allá del
miedo”/////.
GONZALO UNAMUNO
Nació en la Ciudad de Buenos Aires, en 1985.
Su reciente novela Que todo se detenga, (Galerna, 2015) fue distinguida por la crítica en distintos medios nacionales.
Es autor de los libros de poesía De otra luz (2007) y Distancia que nadie ocupará (2011), del libro de relatos El vermú de la gente bien (2009), de la novela Acordes menores para Marion Cotillard (2011) y del ensayo Peronismo y literatura (2014, aún inédito).
En 2013 compiló junto con Enzo Maqueira la antología Buenos Aires respira poesía.
Su reciente novela Que todo se detenga, (Galerna, 2015) fue distinguida por la crítica en distintos medios nacionales.
Es autor de los libros de poesía De otra luz (2007) y Distancia que nadie ocupará (2011), del libro de relatos El vermú de la gente bien (2009), de la novela Acordes menores para Marion Cotillard (2011) y del ensayo Peronismo y literatura (2014, aún inédito).
En 2013 compiló junto con Enzo Maqueira la antología Buenos Aires respira poesía.
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